Comencé en esto de la fotografía a eso de los 13 o 14 años. Aunque pueda parecer un chiste, creo que de ahí vino mi afición. Con una pequeña cámara Fuji (no recuerdo el modelo pues era muy pequeño) era yo, en los viajes de familia, el encargado inmortalizar las vacaciones.
Aproximadamente hace 19 años compré mi primera réflex, una Nikon F401-X, quizá movido por aquella afición infantil a inmortalizar los momentos, quizá por mi frustrada vocación artística del dibujo. Necesitaba no solo plasmar los diferentes instantes que recorría en la vida, sino aportarle la creatividad que era incapaz de realizar con la pintura y que una réflex te permite desarrollar.
Fue con ella con quien di mis primeros pasos en la fotografía, comencé a comprender el potencial de un obturador, de un diafragma y el complejo mundo de las lentes, de la luz y las sombras, las temperaturas y cientos y cientos de cosas más que para mi suponían un complejo mundo por descubrir.
En 2004, con el avance de la tecnología y al haber comenzado mis viajes por tierras africanas un año antes, pasé a la fotografía digital, que me permitía dar rienda suelta a mi dedo, sin que se resintiera mi bolsillo. Y es que, aquellas maravillosas tierras te hacen olvidar el número de disparos que has hecho y cuantos te quedan por disparar. De hecho, en mi primer viaje por tierras tanzanas, gasté 24 carretes, lo que supuso un buen mordisco en mi cuenta corriente.
Decidido a no poner freno a mis disparos compre una Olympus C765-UZ. No era una réflex, puesto que por aquel entonces no estaban a mi alcance, pero disponía de una buena lente, y un zoom óptico de 10x, algo que se aproximaba (si es que no lo superaba) a mi zoom anterior 70-300, lo que me iba fantástico fotografía de naturaleza en mis viajes africanos.
Pero aquello se me quedaba corto, no me daba las posibilidades creativas que me proporcionaba mi antigua Nikon, y en el 2006 me decidí por retornar al terreno réflex. Me hice con una Nikon (los amores nunca mueren), esta vez digital, una D80 con la que he tenido que volver a aprender las técnicas de fotografía, y compaginar con el aprendizaje mundo de los de las posibilidades de la tecnología digital.
Esta cámara ha viajado únicamente por Etiopía, Zambia, Malawi, Mozambique, Londres y por supuesto por distintos puntos de España. Cada día es mayor el disfrute con ella y con el mundo de la fotografía, que no podía restringirlo solo a mí y es por ello que me decidí a compartir lo que veo a través de mi cámara con todos vosotros.
Gracias por vuestra visita, recibid mi más calurosa bienvenida y mi deseo más sincero de que disfrutéis con ella.
Javier García Arribas
